martes, 13 de diciembre de 2011

Luis Cernuda


Mi biografía
Mi educación fue rígida e intransigente debido al carácter y a la condición militar de mi padre. Con motivo de la traslación de los restos de Bécquer a mis nueves años , empecé a leer poesía y, más tarde, un profesor me anima a escribir versos y me corrige lo que compongo. Empiezo a estudiar Derecho en la Universidad de Sevilla en 1919, siendo uno de mis profesores Pedro Salinas, quien me ayudó con mis primeras publicaciones. Al año siguiente fallece mi padre. En 1923 dejo la Universidad de Sevilla para hacer el servicio militar e ingreso en el Regimiento de Caballería de Sevilla. En 1924 volví para terminar la carrera, lo que conseguí en 1926. Asistí con Higinio Capote y Joaquín Romero Murube a las tertulias literarias organizadas por Salinas, leí a los clásicos españoles y a autores franceses, especialmente André Gide, lo que supone para mí una revelación. En 1925 conoce a Juan Ramón Jiménez y publico mis primeros poemas en Revista de Occidente. En 1926 viajo a Madrid; colaboro en La Verdad, Mediodía y Litoral, esta última la revista malagueña del matrimonio formado por Manuel Altolaguirre y Concha Méndez, a los que siempre me unirá una gran amistad, incluso en el exilio mexicano. Leí a los surrealistas franceses, y me influyeron en especial Pierre Reverdy y Paul Éluard; a este último lo traducirá más tarde.
En 1927 publiqué mi primer libro lírico, Perfil del aire en la imprenta malagueña de Prados y Altolaguirre, pero fui atacado por Jorge Guillén. En diciembre asistí a los actos celebrados en el Ateneo de Sevilla con motivo del tercer centenario de la muerte de Góngora, pero sólo como oyente, aunque ya había conocido a varios miembros de la que sería denominada después Generación de 1927. En 1928 fallece mi madre, visité a mis amigos malagueños (Altolaguirre, Prados, Méndez e Hinojosa); marché a Madrid, donde conocí a Vicente Aleixandre; en noviembre Salinas me ayudó a conseguir un lectorado de español en la Universidad de Toulouse ; viajé también a París, donde me aficioné al cine.
Me trasladéluego a Madrid en 1929 y allí, desde 1930, trabajé en la librería de León Sánchez Cuesta; asistí a diversas tertulias en compañía de Vicente Aleixandre y de Federico García Lorca este último me presentó (1931) a un joven actor gallego llamado Serafín Fernández Ferro y me enamoré de él; pero este no me corresponde sino sólo cuando necesitaba dinero; este amor insatisfecho inspirará mis libros Donde habite el olvido y Los placeres prohibidos. Gerardo Diego lo incluye en su Antología (1932) y, concluida mi relación con Serafín, me involucré en el proyecto de las Misiones pedagógicas, primero en la sección Bibliotecas y luego en el Museo ambulante; con ellos recorrí los pueblos de Castilla y Andalucía y conocí a Ramón Gaya y al pintor Gregorio Prieto; colaboré además en la revista Octubre de Rafael Alberti (1933). Al año siguiente publiqué Donde habite el olvido y empiecé a leer a los poetas del Romanticismo europeo; visité otra vez Málaga. Colaboré en la revista Cruz y Raya de José Bergamín y publiqué en ella mis traducciones de Hölderlin (1934). En 1936, poco antes de estallar la Guerra Civil, intervine en el homenaje a Valle-Inclán y publique la primera edición de mi obra poética completa hasta entonces, bajo el título de La realidad y el deseo.

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