martes, 20 de diciembre de 2011

Don Juan Manuel De Villena .

Autobiografía.

Yo Don Juan Manuel nació en el Castillo de Escalona, situado en la provincia de Toledo. Mi última carta, fechada en Castillo de Garcimuñoz el 12 de octubre de 1348, demuestra que hube fallecido con posterioridad al 5 de mayo que en la mayoría de los libros viene como la fecha oficial de mi defunción. Mi nombre completo era Juan Manuel de Villena y Borgoña-Saboya y fui el creador de la Casa de Manuel de Villena, cuyos descendientes acabarían siendo propietarios de varios títulos de nobleza, como el condado de Vía Manuel, el marquesado de Rafal o el ducado de Arévalo del Rey, entre otros.
Por ser hijo del Infante yo don Manuel de Castilla y de Beatriz de Saboya, que era sobrino del rey Alfonso X el Sabio y nieto de Fernando III el Santo. Herede de su padre el gran Señorío de Villena, junto a los señoríos de Escalona y de Peñafiel. Posteriormente, en 1330, recibí el título vitalicio de Príncipe de Villena merced del Rey de Aragón Alfonso IV. El título pasó a ser de carácter vitalicio y que daría paso a un ducado tras mi muerte
Pero tras fundar la Casa de Manuel de Villena, cambie mis apellidos pasando a llamarse Juan Manuel de Villena y Borgoña-Saboya; fui educado como un noble, en artes tales como la equitación, la caza o la esgrima, pero mis ayos se preocuparon de que aprendiese además latín, historia, derecho y teología; de esta completísima educación hay recuerdos en el capítulo LXVII de mi Libro de los estados. Aunque en algunas ocasiones me proclamaba lego en mis obras, tal declaración era convencional y obedecía a los topos humilitatis o tópico de la humildad, para compartir la ignorancia de mi público por cortesía pedagógica; en realidad era un sabio de conocimientos enciclopédicos, que dominaba el latín y el italiano, aunque no el griego. Mi religiosidad era de sesgo tomista, vinculada a la orden de Santo Domingo. Literariamente, mi formación incluyó la lectura de diversos poemas del mester de clerecía , los tratados de Raimundo Lulio, la obra de Alfonso X, varios libros doctrinales como la Disciplina clericalis de Pedro Alfonso, y colecciones de sentencias, proverbios y dichos de sabios traducidos de lenguas orientales o del latín al castellano . A los 8 años perdí a mis padres y pude disponer del amplio patrimonio de mi familia; a los 12 años participe en la guerra para repeler el ataque de los moros de Granada a Murcia. En la lucha dinástica mi citada en Castilla a raíz de la muerte de don Fernando de la Cerda, primogénito de Alfonso X el Sabio, me puso siempre del lado de Sancho IV, como también lo había estado mi padre, y el rey correspondió a esta lealtad otorgándole mi protección.
Me case tres veces, eligiendo a mis esposas por conveniencia política y económica y, cuando tuve hijos, me esforcé por emparejarlos con personas pertenecientes a la realeza. La primera de mis esposas fue la infanta de Mallorca doña Isabel, con la que ,me case en 1299; sin embargo falleció dos años más tarde. Al morir Sancho IV, incumplí mi promesa de proteger a la reina regente María de Molina en la minoría de edad del futuro Fernando IV el Emplazado: los agobió con todo tipo de exigencias y me mostré poco fiel, buscando la alianza de Jaime II de Aragón, para lo cual le pidió en 1303 la mano de su hija Constanza, que aún era niña; me case con ella en 1311, cuando ella tenía 12 años. Durante la minoría de edad de Alfonso XI fui corregente del reino hasta que el propio monarca me obligó a dejar el cargo; también en mi reinado dio muestras de su carácter inquieto y levantisco y, viudo, me volví a casar, en terceras nupcias, con doña Blanca Núñez de Lara, volviéndome a enfrentar con el rey Alfonso XI, a quien no quise aportar mis tropas para cercar Gibraltar; tras una nueva reconciliación, volví a encontrar un motivo de queja laboriosamente inventado y acusó al rey de no permitir que su hija Constanza se casara con don Pedro de Portugal, futuro rey con el nombre de Pedro I; recobró la gracia real a tiempo para participar en la importante Batalla del Salado contra los benimerines y en la ulterior conquista de Algeciras.

Obras que se conservan :


De don Juan Manuel se han conservado ocho obras, sabiéndose además que se han perdido cinco. Las obras conservadas son las siguientes:
Crónica abreviada (anterior a 1325).
Libro de la caca (entre 1325 y 1326).
Libro del caballero et del escudero (entre 1326 y 1328).
Libro de los estados (1330).
Libro del conde Lucanor (1335).
Tratado de la Asunción de la Virgen María (posterior a 1335).
Libro de las armas (posterior a 1337).
Libro de castigos et de consejos (Libro infinito o Libro enfaenado; entre 1336 y 1337).



Sepultura :


Después de su defunción en la ciudad de Córdoba, el cadáver de Don Juan Manuel fue trasladado a la Villa de Peñafiel, donde recibió sepultura en el convento de San Pablo, que el propio escritor había fundado en 1318.


Urna de piedra donde reposan los restos de Don Juan Manuel. Convento de San Pablo de Peñafiel.
No obstante, durante la Guerra de la Independencia el convento de San Pablo de Peñafiel fue profanado y saqueado por las tropas francesas, y la tumba que contenía los restos de Don Juan Manuel también fue profanada.
No obstante, en 1955 fue hallada una caja de madera en el lado de la Epístola de la iglesia del convento de San Pablo en la que aparecieron unos restos humanos, que fueron identificados por diversos historiadores como los restos de Don Juan Manuel, pues al limpiar el muro de piedra apareció, oculta bajo una espesa capa de yeso la siguiente inscripción:4
Aquí yace el ilustre señor don Juan Manuel, hijo del muy ilustre señor infante don Manuel y de la muy esclarecida señora doña Beatriz de Saboya, duque de Peñafiel, marqués de Villena, abuelo del muy poderoso rey y señor de Castilla y León don Juan I, de éste nombre. Finó en la ciudad de Córdoba el año del nacimiento de Nuestro Salvador de 1362.










Realizado por : Daniel Carrasco Fuentes.

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